Alejandra Ortiz, candidata de Morena, tiene vínculos familiares con el PRI, ya que está casada con un ex tesorero del partido a nivel municipal. Por otro lado, Miguel Ramos, quien fue afiliado al PRI hace tres años, decidió migrar al PRD después de no obtener la candidatura en su instituto político. Sin embargo, su recibimiento en el PRD fue desfavorable, ya que los militantes no le brindaron el respaldo esperado y lo abandonaron.
Esta situación de imposiciones de perfiles priistas en partidos de izquierda ha generado un efecto de desplazamiento entre los militantes, debilitando las estructuras de ambos candidatos. El fenómeno ha sido señalado como preocupante por El Universal de Michoacán, que prevé una posible salida de simpatizantes de izquierda hacia otros equipos políticos, lo que podría reducir las posibilidades de victoria tanto de Miguel Ramos como de Alejandra Ortiz en las próximas elecciones.